Domingo 1

En ciudades pequeñas

deja de importar la velocidad

al nombrar la esquina,

el taxi, o la pizza.

La navaja opera igual de callada.

Si timbra el teléfono,

vibra,

bajo una sábana

cerrada,

y un vaso tibio de vino blanco

se derrama

en jugo de manzana.

Cede la puerta;

me acuesto callada.

Soy el primer astronauta—

busco qué decir.

From my book “Entre domingo y domingo” (“From Sunday to Sunday”)

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